Vi muchos ángeles parados en todas partes, uno de ellos me entregó una canasta y me dijo: "ten, compra con cuidado, todo lo que un cristiano necesita está en la tienda".
Primero compré paciencia. El amor estaba en la misma fila, mas abajo había comprensión, que se necesita por donde uno vaya. Compré dos cajas de sabiduría y dos bolsas de fe. Me encantó el empaque del perdón. Me detuve a comprar fuerza y coraje, para ayudarme en esta carrera que es la vida.
Ya tenias casi lista la canasta cuando recordé que necesitaba gracia y que no podía olvidar la salvación que la ofrecían gratis; entonces tome bastante para salvarme y salvarte.
Camine hacia el cajero para pagar la cuenta pues creí que ya tenia todo lo que el cristiano necesita, pero cuando iba allegar vi la oración y la puse en mi canasta repleta, porque sabia que cuando saliera la iba a usar. La paz y la felicidad estaban en los estantes pequeños al lado de la caja, entonces aproveché para cogerlas, la Alegría colgaba del techo y arranque una para mi.
Llegue al cajero y le pregunté: ¿Cuánto le debo? Él sonrío y me contestó: "lleva tu canasta adonde vayas".
Si, pero ¿Cuanto le debo? Él otra vez sonrío y me dijo:
"No te preocupes, Jesucristo pagó tus deudas hace mucho tiempo".
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